Escribir... Una forma de entretenerse como cualuier otra, ¿no te parece?

Felipe y Letizia



En casa siempre nos han gustado los animales (no hay más que vernos)y por eso siempre hemos tenido canarios, periquitos, peces de colores, gatos y perros. Cuando me fui de casa para vivir mi vida (como suele decirse) mi madre me dio como generosa dote al perro que yo misma le había regalado algunos años atrás y del que ahora se ocupa mi marido (terrible, lo sé).
A lo largo de los últimos años mi madre se ha dedicado a comprar toda clase de pajarracos que, por alguna extraña razón, han terminado viviendo en la terraza de mi casa. Después de la trágica muerte de Tweety VIII (se rompió el enganche de la jaula del canario y éste murió del impacto contra el suelo) le dije a Doña Yentl que no se comprara más bestias porque yo no pensaba hacerme cargo de ellas. La buena mujer ha seguido las normas y yo estaba contentísima con ello.
Esta mañana he tenido que dejar todo lo que estaba haciendo y subir a casa de Yentl porque tenía un problema "descomunal" (según ella) con la nueva plancha. Así es que, en cuanto he podido, me he plantado en el ático de señora madre para ver qué tripa se le había roto. Me ha pasado de inmediato al cuarto en el que estaba el citado electrodoméstico y me he puesto a trastearlo intentando averiguar por qué no funcionaba correctamente. Mientras me centraba en el trabajo he escuchado un desagradable graznido al que no he hecho caso. Pero, a medida que mi cabreo monumental iba en aumento porque era incapaz de averiguar lo que pasaba, los graznidos se han ido intensificando. He girado la cabeza hacia la ventana tratando de localizar la procedencia de ese desagradable ruido pero no he visto nada.
Una hora después y, habiendo logrado con éxito solventar el tema plancha, seguía escuchando ese canto desagradable. Con toda la inocencia de la que soy capaz (poca, es cierto) le he preguntado a Yentl.

- ¿La loca de la vecina se ha comprado alguna bestia rara?-
- No. Que yo sepa no se ha comprado nada- ha respondido ella con total tranquilidad.
- Pues alguno de los que vive aquí se ha debido comprar algún pajarraco hace poco porque los putos graznidos suenan muy cercanos- he dicho bastante irritada porque aquel sonido se había convertido en una especie de chillidos de la selva.

He permanecido en silencio unos segundos tratando de localizar la procedencia exacta de la bestia y luego he mirado a mi madre. Le he clavado la vista en el rostro y me ha desviado la mirada. "Ya la hemos liado", he pensado mientras salía del cuarto de la plancha y empezaba a entrar en todos los dormitorios y estancias del ático. Al abrir la última de las puertas me he quedado petrificada. Han aparecido ante mis ojos dos pajarracos blancos enormes (que después he identificado como cacatúas) que me miraban de forma descarada mientras que gritaban con intensidad. Con la boca aún abierta he vuelto a mirar a mi madre con cara de "miénteme y dime que se los estás cuidando a alguien". Yentl me ha observado durante bastante rato hasta que la culpa, la vergüenza o lo disparatado de la situación la ha obligado a morirse de risa en toda mi cara.

- ¡¡Lo has vuelto a hacer!!- le he dicho al mismo tiempo que se me empezaban a contagiar sus carcajadas.
- Mujer es que estoy muy sola y los seres vivos animan mucho la casa- ha respondido ella
- Pues cómprate un vibrador, cojones- le he soltado yo con bastante poco tacto.
- Son Felipe y Letizia- ha sentenciado ella obviando mi grosería y con el mismo tono de despreocupación que si hubiera dicho que las bestias se llamaban Epi y Blas.
- ¿Felipe y qué?-
- Felipe y Letizia- ha repetido ella
- Mamá hasta ahora me ha parecido razonable que todos los periquitos de esta casa se llamen "Pepito", que todos los canarios se hayan bautizado bajo el nombre de "Tweety". Incluso me hizo gracia aquella vez que a aquella pareja de pajarracos les pusieras Tonet y Neleta. Pero creo, sinceramente, que con esto se te ha ido la olla. ¡Qué diría la abuela noble si viera cómo te mofas de la monarquía!
- No tengo ni idea de lo que diría la abuela pero no creo que le hiciera mucha gracia escucharlos a las seis de la mañana a la que ven la primera luz del día-
- ¿Eso hacen?- he preguntado más sorprendida de lo que pretendían
- Sí hija ya sabes cómo ha sido siempre la monarquía- ha sentenciado ella mientras me cogía del brazo y se unía a mis sonoras carcajadas.

6 Responses so far.

  1. Anónimo says:

    Shalom, soy la Sith
    me he reído mucho y he disfrutado de tu blog
    gracias por regalarme unas cuantas sonrisas y más de una sonora carcajada.

    Todá
    neshikots :)*

  2. mireias32 says:

    Shalom guapa. Me alegro que hayas disfrutado. Vuelve cuando quieras:))

  3. Mar says:

    Mireias, gracias por haber dejado tu rastro por mi blog:)

    Yo tengo una jilguero que descubrí que lo era después de nueve años creyéndola macho! Cuando se muera la pobre, había pensado en comprarme cacatuas pero no sé, no sé...

    Saludos

  4. ESo si que es una acción típicamente republicana y desestabilizadora...
    Me gusta como ordenas tus palabras

  5. mireias32 says:

    Pues yo de ti me lo pensaría a menos que tengas unos vecinos dipuestos a soportar que los animalitos griten a las seis de la mañana cada día:))

  6. Hablando de Principes... escribi algo en mi blog sobre el Rey Juan Carlos, te invito a que lo veas.

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