Escribir... Una forma de entretenerse como cualuier otra, ¿no te parece?

Carta a una amiga en la distancia

Hace ya varios días que recibí tu mail y no te he respondido antes, no por falta de tiempo, sino porque quería reflexionar sobre lo que te iba a decir. No espero que mis consejos o, mejor dicho, mis comentarios sean muy profundos porque, habida cuenta de lo que me explicas, no está el tema para muchas profundidades. Como lo más fácil en estas ocasiones es empezar por el principio pues allá voy. Tu mail no me ha dejado rayada en absoluto es más, ojalá hubiera mucha gente con la misma capacidad que tú para expresar cómo te sientes y, al mismo tiempo, poder confiar tanto en una persona para abrirte de ese modo. Me siento halagada y al mismo tiempo orgullosa de haber sido yo a quien hayas escogido para contar todas estas cosas. Sí, como bien dices estoy cargada de sueños pero no de esos que no se pueden realizar, sino de esas pequeñeces que ves cómo día a día se van logrando. Por supuesto que tengo ESE gran sueño. Todos lo tenemos, incluso tú aunque ahora no puedas verlo. No te voy a pedir que te apliques el cuento porque con toda sinceridad creo que no es el momento para soñar, sino para todo lo contrario. Seguro que ahora estás pensando que a qué cojones de realidad más veraz y auténtica de la que vives te voy a enviar. Lo cierto es que a ninguna. No eres de las que tiene la cabeza en las nubes así es que tampoco vendremos ahora con la gilipollez de poner los pies en el suelo porque más que en el suelo, los tienes en el puto infierno.
No te voy a dar recetas para superar ese momento que, aunque estoy convencida que es pasajero, está durando ya demasiado tiempo. Un año malo es mucho o no. ¡¡Todo es tan relativo!!. Tú misma has enumerado a la perfección todas las cosas que te hacen sentir mal y que no hacen más que sumirte en ese estado de tristeza, desesperación y melancolía que no hacen más que generar los mismos sentimientos una y otra vez. Es como si vivieras un bucle constante que se prolonga ya tanto tiempo que has llegado a pensar que tal vez el problema seas tú. Que todo reside en ti y no en las cosas que te rodean. Posiblemente algo de eso haya de cierto pero, a esta edad nuestra, tampoco nos vamos a creer aquello de rehacerse y convertirse en una persona nueva. Hemos visto y vivido demasiado como para andar con chorradas de autoayuda que además no son ciertas. No puedes, ni debes dejar atrás todas las experiencias y vivencias que te han convertido en lo que hoy en día eres que no es nada más ni nada menos que una gran mujer en un momento muy oscuro de su vida.
¿Qué hay de malo en la oscuridad, en el vacío, en la depresión? En mi opinión, nada. Es una fase que solo la gente valiente e inteligente sabe analizar, vivir y superar. Sé que en estos momentos y, después de tus palabras, lo que se espera que diga, aquello políticamente correcto, son frases como "tienes que animarte", "seguro que hay alguna solución a todo lo que te está pasando", "si me necesitas ya sabes dónde estoy...". Pero, si te he de ser sincera, ya no creo en esas gilipolleces y, si has confiado en mí de ese modo, lo justo es que yo te corresponda en la misma medida. Así es que creo que si estás deprimida, vívelo. Estás en tu derecho. Baja a la mierda más absoluta ( si es que eso es posible) y quédate allí el tiempo que sea necesario. Porque solo asi, estando en lo más oscuro, en lo más jodido del universo llegará un momento en el que ya no habrá lágrimas, en el que no quede nada de ti misma, de aquella mujer que hoy aún recuerdas. Sólo así, navegando por las desilusiones, la frustración y el dolor un buen día te darás cuenta de que ya no queda nada. Tú habrás muerto. En realidad, ya estás muerta. Pero ese alguien, ese ser que quedará tras ese dolor y el no saber qué cojones hacer con la vida que ahora tienes, querrá salir, querrá vivir. Y solo entonces ( ni mucho menos ahora o cuando tú quieras) encontrarás el valor, la fuerza y el sentido para solucionar todas y cada una de las cosas que están acabando contigo.
Llegados a este punto a lo mejor la que te está rayando ahora soy yo. Pero no sé expresar de otro modo todo lo que me encantaría decirte con palabras o sin ellas sentadas frente a frente en cualquier bar de esa gran ciudad en la que vives. Lo dicho: Deprímete, húndete, llora, patalea, quédate 23 horas seguidas mirando la televisión apagada... No estudies si no crees en ello, no pienses en qué es lo tuyo porque, en este momento, NADA es lo tuyo. Ve hacia aquello que más duela en tu interior y quédate allí el tiempo que sea necesario. La gente que te quiere, los que estamos contigo, no te juzgaremos por ello. Sobrevive como puedas en el ámbito laboral sin pensar demasiado en él. Sólo lo necesario para poder pagar las facturas... Haz uso del derecho de estar jodida y pasarlo terriblemente mal. A todos nos pasa aunque la mayoría no tienen los cojones para permanecer ahí demasiado tiempo...
Sólo un deseo.... El día que vuelvas acepta en tu vida gente que te aporte cosas . En ese infierno al que ahora te mando aprendí una máxima que ahora aplico en todo lo que hago:"Rodéate solo de aquellos que te aporten cosas y te ayuden a ser mejor persona." No importa si sólo encuentras a un ser que cumpla con esta máxima. Mi experiencia me dice que más vale uno de estos seres que cincuenta de los que habitualmente permitimos que se cuelen en nuestra existencia.

PD: Como no sé por dónde te llegarán mis palabras las envío por duplicado. Besos**