Recuerdo cada una de las noches de aquel verano de 1953. "El nenúfar gris" se encontraba en su máximo esplendor y por fin tenía bajo mis órdenes a las mujeres más bellas de todo Miyagui. Cada aterdecer escogía el kimono que mejor combinaba con mi estado de ánimo y seguía el mismo principio para seleccionar la pipa en la que fumaba pequeñas dosis de opio. Aquella noche lucía seda roja cubierta sutilmente por numerosos abanicos desplegados que reposaban sobre enormes nubes doradas. En el interior de cada uno de ellos había dibujadas cientos de pequeñas rosas azules y verdes que otorgaban al kimono aquella especial energía.
Así me sentía yo aquella noche. Joven, feliz, abierta a todas las posibilidades y todavía convencida de que los sueños podían hacerse realidad....
Lady Bourbon
Posted by mireias32 on 1:31 a. m.
Pues deja usted la miel en los labios. Eso creo que es insano
No te preocupes. Cuando rehaga el relato, colgaré el resto. Un saludo:)