Escribir... Una forma de entretenerse como cualuier otra, ¿no te parece?

Los imbéciles de las colchonetas

Hoy quiero dedicar mi reflexión a esa tribu urbana que aparece exclusivamente en verano y en los destinos turísticos por excelencia de nuestro país: Los imbéciles de las colchonetas.
Esa gente que llega de su lugar de origen y del que, a juzgar por cómo se comportan, sería incluso preferible que ni salieran de él. Pues bién, los imbéciles de las colchonetas llegan al pueblo o ciudad costera con el coche cargado hasta los topes como si aquí, en el tercer mundo, al lado de la playa, no hubieran supermercados, ni farmacias, ni bancos ni nada de nada. Vamos que están convencidos de que si igual al niño jugando en el parque y les va a pillar una enfermedad tropical.
Los imbéciles de las colchonetas se ponen el uniforme hortera y cutre que consiste en en el caso de los hombres en: chanclas de goma, pantalón corto a la cadera (más que nada porque no hay tanta goma para abarcar la panza cervecera que gastan) y pecho lobo descubierto.
Las mujeres son todo glamour: Chanclas de goma y vestidos vaporosos y con transparencias sobre los que nadie les ha advertido que son para "delgadas,muy delgadas" porque de lo contrario, estás más cerca de un modelo de mesa de Ikea que de la moda de baño de la temporada. Como guinda al interesante modelo está ese sutil bikini (porque total aquí no me conoce nadie y qué más da que se me vea media nalga cuando no otra cosa...) Probablemente les estaría más a cuenta ir a una playa nudista en vez de intentar meter sus lorzas en tallas que usaron cuando los dinosaurios aún poblaban la tierra.
Los imbéciles de las colchonetas llevan precisamente ese elemento como complemento a su espectacular y moderno atuendo: Ese colchón hinchable que acarrean como gilipollas desde el hotel a la playa (esos los que vienen con pasta) o desde la furgoneta a la arena (los desinformados a los que les han contado que eso es turismo de aventura). Y el problema no es que ellos carguen con tan estupendo complemento playero... El problema radica en el espacio que ocupan por las calles en su afán por no gastar más oxígeno del necesario no vaya a ser que nos ahoguemos todos.
¿Qué pasa con la gente que intenta pasear tranquilamente y se encuentra con un imbécil que además no controla las dimensiones del tema y siempre se le acaba dando con la colchoneta en la boca o en la cabeza? ¿Qué sentido tiene esto? ¿Por qué cargar con un trozo de plástico durante varios minutos si existen unos preciosos instrumentos (muy baratos por cierto) para llenar de aire las colchonetas y no tener que ir como un sherpa bajo el sol?¿Se está acabando el oxígeno del planeta y varios cientos de miles no nos hemos enterado?